Postperonismo




Hace casi una semana completa que no escribo nada en el blog.


Ha sido una semana particular, algo ajetreada, se me rompió la computadora y no podía escribir, por lo que obviamente cuando tuve a la mano la herramienta me tuve que abocar de lleno a ordenar un poco mis quehaceres laborales atrasados.


Debo decir que aún no me pongo del todo al día, pero aquí estoy garrapateando algo rapidito porque me dio pena entrar al blog y ver que no había recibido ni una sola visita en todo el día, eso no había pasado nunca desde que emprendí esta bitácora allá por junio de este año. También quiero responder en público a quien me preguntó si se ganaba dinero con esta actividad. La verdad que no lo sé, no tengo la menor idea. Solo puedo decir que yo no obtengo ni un centavo por sentarme a escribir en un blog, lo hago por necesidad del espíritu y nada más. También es gratificante recibir comentarios y mensajes privados en mis redes sociales de personas a quienes por hache o por be les ha resultado de alguna utilidad cualquiera de los textos que humildemente cuelgo aquí como aporte muy pequeñito a la causa nacional justicialista y también, reitero, por necesidad del cuerpo y del espíritu.


Hace algunos días tenía muy fresco en la mente un texto que a esta altura se ha ido diluyendo no por falta de actualidad sino porque bueno, no me senté a teclear cuando hubiera debido hacerlo. Como alguno de ustedes quizás sepa, hay tiempo de plantar y de cosechar, pero tal vez pueda hacer el ejercicio de divagar un poco para retomar el hilo de los pensamientos que me fueron claros y precisos en otro momento y que ahora están en mi interior pero ya no con la estética y la naturalidad con la que hubieran surgido cuando era el momento de plasmarlos, aunque las circunstancias me lo hayan impedido.


Estoy pensando en el momento histórico.


Me golpeó muy de lleno un concepto que desde hace algunos días viene repitiendo quien humildemente considero que es en los días que corren el conductor del peronismo, Guillermo Moreno. Me golpeó porque coincido plenamente desde antes de que el candidato comenzara a darle forma y finalmente lo expresara en su magnitud. Y verse uno mismo reflejado tan cabalmente en la palabra de un referente azora, porque tener la razón es una responsabilidad grande, implica que uno debe actuar en consecuencia y no simplemente quedarse en el molde con sus ideas. 


Todo el prolegómeno viene a cuento de lo siguiente; hace unos días viene diciendo Moreno que estamos atravesando la resistencia más importante de la historia del movimiento nacional justicialista y al calor de los acontecimientos ello puede sonar violento, pero no lo es, es absolutamente cierto y quienes abrazamos la causa peronista debemos estar a la altura de las circunstancias.


Y como todo tiene que ver con todo, es necesario volver al inicio de este blog, cuando alguna vez una servidora decía que los principios y valores permanentes y quienes los abrazamos como guía de nuestra conducta cotidiana somos noticias de ayer en la posmodernidad.


Cuando por primera vez en nuestra historia como movimiento fuimos intrusados en nuestra estructura partidaria por un hombre capaz de jactarse abiertamente  de su mentalidad posmoderna y su cabeza europea, como pueblo sufrimos una terrible derrota. Perdimos ante la modernidad líquida, floja, inestable, caprichosa, peresoza e infértil.


Cuando Moreno nos advierte que esta es la resistencia más crucial que como movimiento nos ha tocado capear nos dice que de esta coyuntura el peronismo va a salir vivo o va a salir muerto, no hay alternativa, debemos vencer o se termina el mundo como lo conocemos, porque la cosmovisión que ordena nuestro mundo habrá caído en decadencia para siempre. 



¿Y por qué esto es así? Pareciera que estuviese dramatizando y sobredimensionando una situación más de las infinitas que el peronismo en sus setenta y cinco años de existencia ha sabido sortear para salir siempre airoso. Somos los peronistas, bombardearon la Plaza y resistimos con Valle y con Tanco. Hicimos frente al CONINTES, a la dictadura de Onganía, a los intentos de Vandor por deshacer la lealtad a Perón. Trajimos al Viejo, recuperamos el gobierno, salimos vivos, algunos de nosotros, de la dictadura genocida. Sobrevivimos maltrechos al neoliberalismo, renacimos con Néstor, apoyamos a Cristina, enfrentamos a Macri. ¿Quién carajo se puede creer que el peronismo está peleando por su vida? El peronismo está vivo, pensamos, haciendo el esfuerzo por autoconvencernos de la mentira que necesitamos oír.


Pero no es así. No es así y si queremos verdaderamente cumplir con altura con nuestro rol histórico hemos de tomar dimensión del problema y hacerle frente sin miedo pero a sabiendas de que la lucha que se viene es la definitiva.


Porque jamás había el enemigo apátrida logrado escalar tan alto en la estructura de nuestro movimiento, usurpando el partido que era expresión de nuestra voluntad en elecciones. Pero tampoco aquellos hombres y mujeres que muchos de nuestros compañeros y compañeras consideran como referentes e incluso como conductores de nuestro movimiento habían hecho tantos esfuerzos jamás por lograr que el pueblo olvide la doctrina de Perón.


Es el lobo con piel de cordero, que se ganó la confianza, la lealtad y el amor de un pueblo al que condujo a la derrota primero, una derrota disfrazada de victoria, para luego abandonarlo a su suerte. Esa situación es inédita. Ni siquiera en la década de 1990 sucedió algo como lo que vemos hoy.


Pero aún es peor.


En este tiempo en el que vivir cuesta tanto resulta muchísimo más sencillo convencernos de que no vale la pena pelear por una causa superior a nosotros mismos. 


En otro tiempo nos mataban pero sabíamos que detrás de cada uno de nosotros vendrían más, porque nuestras madres, nuestras esposas y nuestras hijas serían orgullosas madres peronistas y darían a luz a más soldados para la causa de Perón.


Hoy quieren extirparnos como un cáncer de la memoria colectiva, del corazón del pueblo y de las expectativas de las nuevas generaciones y lo están consiguiendo. Un día nos convencen de que la fe cristiana que guiaba a nuestra doctrina es una tontería supersticiosa, otro día nos convencen de que ser humanista es “especista”, de que el hombre no tiene ningún privilegio en la Tierra, y claro, cómo no nos van a decir eso si antes nos hicieron olvidar a Dios a cuya imagen y semejanza fuimos creados. 


Otro día es fácil decirnos que la familia es un obstáculo para nuestro desarrollo y no un nido de contención, un buen día nos olvidamos de la comunidad y de la organización, finalmente, siendo ya un ejército de islas en medio de la nada arengan la guerra entre los sexos, la infantilización, el aborto, la eugenesia, la homosexualización y la esterilidad.


Y en ese estado de cosas se nos dice que no importa si no conocimos a Perón, que da lo mismo, que el peronismo es un título en un libro de historia o una entrada de enciclopedia. Que hay que superarlo, que hay que pasar a la etapa del postperonismo y que ese paso es natural y no implica degradación alguna.


Y nos lo creemos. 


Primero le hicieron creer al pueblo que peronismo era ajuste y robo a los jubilados, luego le dicen que lo superen y, ¿quién no se va a querer despegar de quien le dice que entre los bancos y los jubilados elige a los jubilados cuando está en campaña, pero ya en el gobierno le dice que no puede aumentarles el haber a los jubilados porque “estamos endeudados hasta acá”? Es maquiavélico, brillante, el crimen perfecto.


Y como frutilla del postre, con una usurpación de los símbolos del peronismo cristalizada y con la certeza de que las mujeres de la patria no desean parir hijos para la causa. 


Antes nos mataban pero detrás de nosotros había miles. Hoy somos una especie en extinción, esa es la importancia capital de esta etapa de resistencia.


Depende de los pocos dinosaurios que somos dar la lucha épica por el bien, imponernos por sobre el mal. De nuestra victoria o nuestra derrota dependerá nuestro destino como movimiento nacional de liberación pero también, no lo olvidemos, el destino de la patria como tal, porque el pueblo peronista es el guardián del ser nacional.


¿Estaremos a la altura del desafío?

Comentarios

  1. Yo disiento (tal vez ingenuamente) con que no nos pasó algo similar en los '90 y me gustaría saber si podrías desarrollar más el porqué.
    Te cuento mi experiencia personal: tengo 39 años, mi adolescencia transcurrió durante los '90. Soy hijo de familia uruguaya, militantes ellos, pero en Uruguay no existió algo similar al peronismo, por eso el único movimiento revolucionario se identifica más con la izquierda. Llegaron acá a fines del '74, por ende no conocieron al peronismo en su plenitud (y tenían escasas herramientas para tener una opinión formada acerca de Isabel). Entonces crecí pensando que el peronismo era el menemismo, y por todo lo que dije, es obvio que iba a tener una valoración negativa del peronismo. Y pude empezar a revertir esa idea más o menos en la época del conflicto de la 125; tardé en abrazarlo porque tenía mucho recelo.
    Pero mi punto es que de mi vivencia personal deduzco que también en los '90 el peronismo fue intrusado, y sin embargo revivió -lágrimas y hambre mediante- con Néstor.
    Lo sigo mucho a Guillermo y también pienso que el movimiento corre riesgo de implosión, y que al no haber podido derrotarnos por fuera alguna mano negra diseñó la maniobra perfecta para que nos vacíen de contenido por dentro; pero me cuesta entender las diferencias entre aquella vez en que fuimos intrusados por los "yanquis" y ahora por los "marxistas". Abrazo.
    PD: me identifiqué muchísimo con tu nota "Varados en 2015". Pusiste en palabras muchas cosas que siento y que comenté en otra de tus notas, antes de leer ésa y sentir que era una gran síntesis de lo que me pasa.

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    1. Buenas, Alejandro. Es cierto que fuimos intrusados por el neoliberalismo en los '90 (a nivel partidario, Francisco de Narváez fue titular del PJ provincia, por ejemplo), pero la coyuntura actual es inédita como lo plantea la compañera Negra, porque CFK tiene todavía los laureles de la década ganada y estamos sangrando por la herida debido a su decisión de bancar a este oficialismo socialdemócrata. Saludos.

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    2. Claro, entiendo el punto, me ayuda a comprender mejor. Gracias

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  2. Seremos dinosaurios para "les chiques", pero sabemos que en realidad somos resistencia y esperanza. Perón aguarda por nosotros en el futuro. Saludos.

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  3. A diferencia de otras veces, coincido q el peronismo si no sale de esta es su fin, xq veo en mis compañeros otrora orgullosos peronistas y sindicalistas defender con uñas y dientes este gobierno, afirmar q este desastre es peronista y q no atina por q la pandemia y coso. Me desesperanza ver q desconocen la doctrina y no hay interés en conocerla xq "es vieja". Pero son peronista, cantan la marcha, usan sus símbolos. Pero reniegan de la doctrina.

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  4. Hola, Rosca Meza. Acabo de descubrir tu blog y me siento feliz por eso. Lo raro es que este blog salió en Infobae... Es sospechoso. A veces leo ese diario digital para saber a donde nos quieren llevar estos tipos y me sorprendí por el título de la nota ("Asado, Garche, faso..."). Acá estoy, tratando de leer todo lo que puedo y, hasta ahora, coincido en muchos puntos con tus apreciaciones sobre la realidad. Mis bendiciones para vos y tu familia. Creo que estamos en uno de los peores momentos de la historia y uno anda buscando un fueguito donde acercarse y poder sentir el olor de eso que nos identifica con un sueño posible, la felicidad de todos los que formamos este Pueblo Argentino, ya casi desdibujado por tanta traición. Creo que Guillermo es la única alternativa, pero me asusta un poco que apoye al Papa, nada más que eso... Lo otro, lo doctrinario, se lo creo y lo voy a apoyar de cualquier modo. Gracias por tomarte el tiempo de comunicar tus opiniones, son valiosas. Saludos.

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  5. Considerar a Moreno alguien para seguir o admirar habla muy mal de los valores de la Argentina.

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    1. Anónimo... Sería bueno que fundamentes tu exposición, así salimos de dudas. Yo no lo sigo (a nadie sigo). Moreno es la cara visible (o lo más parecido) de lo que yo creo que debiera ser mi nación. Soy Peronista de los de Perón, sin aditivos ni cambios. Quizás tus valores sean superiores a los míos y te pido que los compartas. Me gusta aprender de los que más saben. Gracias.

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  6. En mi humilde opinión está movida para desnaturalizar al peronismo empezó con la estigmatización en bloque de toda la obra de gobierno de Isabel Perón, luego vino el peronismo renovador, adaptado al gusto tilingo, y para mí la gran hecatombe que fue el menemato, dónde se terminó de destruir la obra peronista, vía privatizaciones y acuerdos de Madrid de diciembre del 90, verdadero estatuto del coloniaje que rige hasta hoy, para culminar con el absoluto vaciamiento doctrinario.
    Opinión que lo que hoy sucede no hubiese sido posible sin la traición menemista.

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