Si nos organizamos garchamos todos

 



Y sí, se impone hablar del factoide del garche.


Así es como se hace política en estos tiempos, de un lado y del otro de la grieta artificial instalan un factoide para que todos hablemos sobre eso y no sobre lo que está pasando en la calle, que realmente le preocupa al pueblo trabajador. Y nos toca hablar, porque quienes no nos identificamos con ninguno de los lados de la grieta tenemos la obligación de hacer las aclaraciones del caso, pues quien calla otorga. Es agotador, pero hay que hacerlo.


Como cualquiera que me esté leyendo ya sabrá de memoria, la primera candidata a diputada nacional por el oficialismo para la provincia de Buenos Aires Victoria Tolosa Paz una vez más está en boca de todos, esta vez por haber dicho aquella tontería de que “en el peronismo siempre se garchó”. Y ahí está, el factoide, la guarrada simpática pensada para que salten de un lado a otro, para agrietar más y para que coseche la candidata en cuestión. Véase que con dos golpes de publicidad, el de las zapatillas y este, se ha logrado afirmar en el núcleo duro de apoyo del gobierno, que hasta hace muy poco no la conocía ni de nombre.


Para eso sirven las declaraciones altisonantes: para instalarse uno mismo, sin importar si esa instalación conlleva una valoración positiva o negativa. En épocas de grieta, en el contexto de la riverboquización irracional se sabe que un núcleo duro va a votar a un mandril o una víbora si el núcleo duro de en frente despotrica en contra de ese animal. Lo importante no es tener una imagen positiva, lo importante es darse a conocer. Una vez que un candidato se instala, listo, la ilógica de la grieta hace lo propio y con ello le basta para asegurarse su núcleo duro. Ese es el negocio de Victoria Tolosa Paz, pero no me interesa ella como persona, sino una vez más, como símbolo.


Tolosa Paz es un producto más del imperio de la antipolítica. Es eso, un producto bien fabricado en las usinas de pensamiento del márketing político y su misión es contribuir a la muerte del peronismo.


Al presentarse a sí misma como peronista y desparramar a troche y moche mensajes de corte marcadamente antiperonista, Tolosa Paz se compromete seriamente con el objetivo de confundir a todos los despistados respecto de lo que el peronismo es y lo que no es. Claramente Tolosa Paz no es peronista, pero quienes la ven declamar su peronismo y no están convenientemente educados en los preceptos de la doctrina de la justicia social la ven y creen que el peronismo es eso que Tolosa Paz promueve, cuando es más bien todo lo contrario.


Digamos lo obvio: el peronismo en tanto que doctrina de la paz y el amor siempre va a estar a favor de un pleno goce de la sexualidad del hombre y la mujer. Al contrario de lo que han dicho muchos, acerca de que las declaraciones de Tolosa Paz son criticadas debido al machismo de la sociedad, porque presuntamente quedaría mal que una mujer hable de sexo, debo decir que eso no se verifica en la práctica. Una servidora me la paso hablando de sexo y nadie me ha dicho nunca una sola palabra acerca de eso ni jamás nadie se escandalizó, este blog sin ir muy lejos está plagado de entradas que reivindican de una o de otra manera el sexo y la sexualidad. De hecho, siempre me he tomado un tiempito para analizar de qué manera el progresismo opera ideológicamente a través de los medios de comunicación para instalar determinadas formas de la sexualidad que resultan funcionales a los proyectos de la élite global. 


Hablo mucho de sexo y me encanta el sexo, aunque soy mujer, y la verdad que jamás nadie me ha desautorizado o criticado por el hecho de ser mujer y asumirme una persona sensual, sexual y para qué vamos a hablar con eufemismos, bastante putorra. Me encanta hacer el amor, soy una mujer enamorada y me encanta el sexo, incluso me encanta esa dimensión física del concepto de “coger” al que no le hago asco para nada, pues concentra esa connotación de brindarse y de tomar del amante. Eso lo he manifestado mil veces.


El problema no es aquí que se hable de sexo ni que se practique el sexo sino qué se dice y enmarcado en qué contexto.


Cuando se dice que en el peronismo siempre se garchó, eso es perfectamente válido, no admite contraejemplos porque se verifica en la práctica. El tema que tenemos que definir peronismo, porque claramente Victoria Tolosa Paz no está en posición de llamarse a sí misma peronista cuando vive reivindicando cuestiones que no tienen absolutamente nada que ver con el peronismo. Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar, el peronismo no se declama, se comprende y se siente.


En primer lugar, Victoria Tolosa Paz es feminista cuando el peronismo no lo es, el peronismo supera todos los ismos porque propone la conformación de una comunidad organizada, en la que hombre y mujer caminan de la mano y se reconoce una sola clase de hombres en sentido genérico, como especímenes humanos: los que trabajan. Toda esa perorata de si el peronismo va o no de la mano del feminismo está sobradamente superada. Eva Perón fue taxativa cuando en su libro La razón de mi vida declaró: “Parecían estar dominadas por el despecho de no haber nacido hombres, más que por el orgullo de ser mujeres. Creían incluso que era una desgracia ser mujeres. Resentidas con las mujeres porque no querían dejar de serlo y resentidas con los hombres porque no las dejaban ser como ellos, las ‘feministas’, la inmensa mayoría de las feministas del mundo en cuanto me es conocido, constituían una rara especie de mujer, que no me pareció nunca del todo mujer”. De igual manera habló tajantemente en contra del aborto, que le pese a quien le pese, la verdad histórica no se puede falsear. Seh, ya sé que me van a venir con que ese libro no lo escribió Eva de puño y letra, pero déjenme decirles que muchos de los libros y los textos que ustedes leen que llevan la firma de personas a quienes ustedes conocen no fueron de hecho escritos por esas personas, existe lo que se llaman (nos llamamos) los escritores fantasma, que ponemos letras a quienes no son muy avezados con las mismas o no tienen tiempo de escribir. Pero jamás inventamos qué decir, solo damos una forma textual medianamente legible a lo que sea que el que ponga la tarasca nos indique. Los escritores fantasma no inventan, los libros que firma Fulano de Tal llevan dentro el pensamiento de Fulano de Tal y no del escriba que se dedicó a transcribir. Que se sepa, ese no es un argumento válido o deberíamos cancelar absolutamente todos los textos producidos por todos los políticos habidos y por haber. 


Así que Eva no era feminista ni era abortista sino más bien todo lo contrario, otro tanto se puede decir de Juan Perón. Cuando Tolosa Paz dice que no piensa dar el debate de ideas con un candidato como Guillermo Moreno porque este es un “machirulo” en virtud de su no reconocimiento del carácter de feminista de Eva Perón lo que está haciendo es demostrar su desconocimiento respecto de la vida, obra y el pensamiento de Eva, además de resaltar las condiciones de Moreno, que sí lo conoce. Pero ojo, recordemos que esto no es casual. Tolosa Paz sabe todo, no es que no sepa que Evita no era feminista, falsea la verdad histórica porque esa es su misión, la de hacernos pasar gato por liebre. Quiere vestir de peronismo al progresismo más desembozado, no lo perdamos de eje. 


Por eso Tolosa Paz puede resaltar la necesidad de promover un salario básico universal o tirarles el fardo de la crisis económica a los empresarios por la evasión fiscal, todo eso en vez de garantizar la rentabilidad de las empresas y la creación de empleo para todos los argentinos. ¿Se ve que ese es un discurso estatizante más propio del marxismo que del peronismo? Renta universal a fuerza de impuestos, es decir, la explotación del hombre por el Estado. Eso no es peronismo, no hay vuelta que darle. Es un método de producción soviético o basado en el Estado soviético pero funcional al proyecto de dominación de las élites globales, un proyecto de gobernanza mundial con reducción de la población y basado en la pauperización extrema de los muchos para ganancia de unos pocos.


Cuando en un contexto de crisis económica, social y de valores unos pocos tienen la facultad de reivindicar el goce y unos muchos dependen de la asistencia de un Estado gigantesco para no morirse de hambre no hay peronismo, hay otra cosa. 


¿Y por qué digo que Tolosa Paz está reivindicando el goce de unos pocos? Días atrás ya escribía sobre esto, aquella vez ejemplificando con otro personaje saliente de esta campaña, el radical no binario Leandro Santoro, quien también habló de la sexualidad y de la reivindicación del goce. Pero vale retomarlo porque como dice Mirtha, el público se renueva.


Digo que Tolosa Paz piensa en el goce de los pocos porque ella está pensando en el imperio de la lubricidad en un contexto en el que las mayorías no morfan, presuntamente para captar a un público joven, aunque yo soy joven y me preocupa más el valor del salario. Eso de pregonar a los cuatro vientos la importancia vital del sexo cuando arde Roma (y cuando nosotros encendimos un poco la mecha) no es peronismo, es otra cosa, es hedonismo. Y los peronistas no somos hedonistas, no privilegiamos el placer propio por sobre todas las cosas sino la justicia social. Véase: que a cada uno le toque la parte que le corresponda de cada uno de los bienes materiales e inmateriales, incluido el placer en todas sus vertientes y sus formas.


Lo dije antes y lo digo ahora: la sexualidad no es plena cuando uno entre polvo y polvo tiene que pensar si mañana hay para llenar la cacerola o no. No es plena cuando tiene por objetivo único el placer inmediato pero no se puede dar el lujo de proyectarse para crear vida. Sí, uno de los motivos por los que resaltamos el placer sexual los peronistas es porque hacer el amor es la condición básica para que una familia de dos pase a poblar la patria de hijos peronistas. ¿Cómo no vamos a querer que los matrimonios hagan el amor si queremos que se pueble el territorio con nuevas generaciones de argentinos y peronistas? Queremos, necesitamos más brazos para sostener las herramientas y las armas, lo hemos manifestado miles de veces. 


Plantear la sexualidad como ejercicio mecánico del coito, del mete-saca, del unodós-unodós, le quita la dimensión trascendente al asunto y lo torna mecánico. Lo que nos diferencia de los animales es que tenemos mente y espíritu, no solo cuerpo, y todas las dimensiones del ser confluyen en el acto sexual, en ese sentido el sexo es y siempre ha sido peronista. Pero no es lo mismo hacer el amor que garchar así livianamente como los animalitos salvajes que copulan por mero instinto. 


En una comunidad organizada es natural el goce del cuerpo, la unión de los amantes, y es necesaria para la reproducción tanto de una pareja sana, que obviamente debe ejercer el acto de unión sexual, como para la reproducción de la propia comunidad. Pero se sobreentiende que cuando hablamos de comunidad organizada hablamos de una sociedad donde reinen las veinte verdades peronistas, donde a cada hombre y cada mujer le corresponda su parte en el reparto de la riqueza, donde exista la armonía entre capital y trabajo y los únicos privilegiados sean los niños y los ancianos.


No una sociedad donde los sueldos sean menores a la canasta de pobreza, las jubilaciones sean inferiores a la canasta de indigencia y siete de cada diez niños permanezcan en la pobreza. Una sociedad donde los trabajadores sufren que les roben todos los días en el supermercado y también en la calle los motochorros, donde las mujeres tienen miedo de salir por la noche solas porque quizás haya algún hijo de puta que las quiera manosear. En un contexto como este en el que las mayorías tienen en cuarto o quinto lugar en orden de prioridades al sexo, con toda la furia, las declaraciones de Tolosa Paz molestan porque hablan del divorcio de la dirigencia respecto de las necesidades y las inquietudes del pueblo.


Reitero, es un factoide, pero no es uno cualquiera. Está pensado para generar una reacción que necesariamente deje en el lugar de retrógrado a cualquiera que ose manifestar crítica alguna al asunto. Claro, vos decís eso porque sos un dinosaurio, porque no garchás, porque sos un amargoso, un aburrido, atrasás mil años o porque sos una frígida y una chupacirios. Tráiganme no una sino dos urnas que me voto encima, no puede más de cool la abuelita copada. Aguante el garche, aguanten la pindonga, el cuchuflito y todo el que diga algo es porque necesita encerar el bastón o es que es un machirulo o una pacata. 


Y así la cosa sigue, hoy el jefe de la bancada oficialista en diputados dijo con toda soltura que es verdad que los argentinos estamos cobrando en la actualidad el salario más bajo en dólares de los últimos quince años, pero según el diputado en cuestión eso no importa porque ese proceso de destrucción del poder adquisitivo del salario empezó con Macri, entonces hay que fumarse lo que haya y lo que venga. No dice el diputado que en rigor de verdad el proceso de depreciación del salario comenzó allí por 2013 con la devaluación que propició el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires cuando era ministro de Economía de la Nación, y tampoco dice que hace dos años que no gobierna Macri y que en estos dos años el proceso siguió avanzando en detrimento de los trabajadores, en ningún momento se recuperó el valor de los salarios. Pero esas declaraciones pasan de largo porque estamos aquí hablando acerca del garche y de la reivindicación del goce de los pocos mientras los muchos nos morimos de hambre, de angustia, de incertidumbre o de todo eso junto y ni siquiera podemos echarnos un polvo en paz porque la realidad es tan agobiante que nos abruma. 


Por eso tenemos que recuperar la dimensión política del debate, tenemos que seguir haciendo de tábanos, como alguna vez pidió el presidente de la Nación cuando aún era candidato, diciendo lo que hay que decir sin comernos la curva. Somos peronistas, recuperemos la dimensión política del debate político, recuperemos el debate económico, hablemos de lo que nos fuerzan a no hablar. 


De un gobierno peronista dependerá que todos los viernes a la noche después de la pizza y los domingos a la siesta después del asadito podamos poner la Marcha y darle murra al patrón o a la patroncita, para poblar de hijitos peronistas esta tierra bendecida por Dios. 


Porque los peronistas somos los únicos que sabemos a ciencia cierta que si nos organizamos cogemos todos. El resto la mira de afuera.  

Comentarios

  1. Interesante reflexión, un poco fanatizada con la idea del peronismo (me hace acordar a las posturas de reproduccion de Mussolini o algún otro militar que quería poblar de hombres para portar armas) pero evidentemente se disfruta leer, incluso cuando uno no esté en un todo de acuerdo. Gracias

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